DESCRIPCIÓN DEL CONFLICTO
Podríamos
remontarnos muy atrás (desde la época Turca) para ver y resaltar las
diferencias entre regiones que se marcan en los Balcanes.
Pero
centrándonos ya en el siglo pasado y el corto desarrollo de este, pondremos
como puntos esenciales la incorporación de Kosovo a Servia en el año 1913, y el
termino de la II Guerra Mundial, cuando se
se proclama la República Federal Popular de Yugoslavia, compuesta por
seis repúblicas autónomas: Serbia, Croacia, Eslovenia, Bosnia-Herzegovina,
Montenegro y Macedonia.
En 1974 Tito,
concedió a la provincia de Kosovo una autonomía constitucional tan
amplia que pareció ser la solución definitiva a las tensiones, existentes
durante algo mas de una década.
Para los albanokosovares la constitución implicaba un cambio importante y
sugerente, implicaba entre otras cosas que Kosovo se convertía en un territorio
con delimitación diferenciada e implicaba un acrecentamiento notabilísimo de
los derechos de autogobierno, pero, es verdad, que al mismo tiempo no resolvía
el que estimaban era el problema de fondo, Kosovo seguía sin ser una república
yugoslava y por tanto no disfrutaba de un derecho de autodeterminación.
La lectura que desde el nacionalismo serbio se hizo fue muy dispar, lo que
sugería es que Kosovo en los hechos estaba escapando al control ejercido desde
Belgrado. Aunque Kosovo siguiese siendo
formalmente un territorio serbio, en la realidad los derechos de autogobierno
que empezaba a adquirir en 1974,
Belgrado no tenía ya un control total sobre la región.
En el 1981 una revuelta de estudiantes y trabajadores proclamó la República
de Kosovo lo que provocó una airada reacción del gobierno de Serbia el cual
utilizó métodos de represión en contra de los albaneses para acabar con sus
esperanzas de independencia. Este conflicto tan temprano en la década marcó las
relaciones entre el pueblo Serbio y albanes residente en Kosovo.
En 1989 Slobodan Milosevic le retira a Kosovo su estatus autónomo, se prohibió la enseñanza en
albanés, y los funcionarios albaneses fueron sustituidos poco a poco por
serbios y montenegrinos. El rígido nacionalismo serbio provocó un creciente
sentimiento de autonomía entre los albaneses de Kosovo.
La
primera de las consecuencias fue un acrecentamiento sensible de la tensión en
Kosovo y en las restantes repúblicas yugoslavas. La política de represión urdida por el gobierno
serbio no alcanzó durante bastante tiempo sus cotas más altas. Uno de lso
motivos es la propia composición
demográfica de Kosovo, la distancia entre el 90% de la población de origen
kososvar y la minoría serbia era tan abrumadora que cualquier política de
represión chocaba con este “inconveniente”.
En
1992 Yugoslavia desaparece, pero Kosovo seguía formando parte de la pequeña
Yugoslavia. Los albaneses de Kosovo limitaron su resistencia, bajo la dirección
de Ibrahim Rugova, a un boicot general
de medidas serbias.
Se
organizó la resistencia pacifista, se llamó a la desobediencia civil y
tributaria, al boicot de la presencia serbia y yugoslava en la provincia y a la
no participación en elecciones, la creación de escuelas, clínicas y hospitales
paralelos.
Este
movimiento de resistencia pacífica es admirable, y más por no existir períodos
en el pasado más o menos prolongados de democratización e industrialización
previa en esa región.
En
realidad, presenta todos los elementos para que este movimiento no aparezca ya
que es un país que carece de tradición
democrática en el pasado, apenas
industrializado, sometido durante mucho tiempo a la dominación del Imperio
Otomano.
Pero es en este territorio donde este
movimiento de respuesta espontánea surge donde
la sociedad civil más sobria, más autoorganizada de toda la Europa
Central y Oriental contemporánea ve la
luz ente una situación muy tensa.
Pero
este admirable movimiento no estaba
generando resultados, los años fueron pasando y la situación en Kosovo se fue
enquistando, de tal suerte que el propio movimiento fue perdiendo imaginación y
apenas adquirió capacidad de contestación efectiva, desde la noviolencia, de
las políticas del gobierno serbio.
Otro
punto a tener en cuenta es resultado de la expulsión del servicio público de de
los funcionarios kosovares. No les quedó otro remedio que “buscarse la vida”
pasando a la economía privada.
El
desarrolló la economía privada en Kosovo
y la convirtió en significativamente más poderosa que la economía privada en
Serbia. Además generó rápidamente los mismos efectos negativos en términos de
injusticia social. Entre la población albanesa, ha aparecido una élite
económica, claramente privilegiada, cuyo nivel de vida está a años luz del que
exhibe la mayoría de la población.
Todo
esto propicio que una parte de la
población descontenta con los resultados
del movimiento de desobediencia civil, pasara
a engrosar, las filas del
Ejercito de Liberación de Kosovo (ELK (UÇK en Albanés)) un grupo terrorista
secesionista, que buscaba la autonomía kosovar a todo costo, abandonado el camino de la respuesta noviolenta y
asumiendo el horizonte de una reacción
militar a la represión Serbia.
Sumemos
esto al otro punto de vista el Serbio.
En el otoño de 1997 en Serbia se celebran elecciones y el resultado
final de dichas elecciones fue la configuración de un gobierno de coalición en
el que, junto al partido de Milosevic -el Partido Socialista-, está presente el
Partido Radical, de Vojislav Seselj, con
un discurso de nacionalismo agresivo e
imperial.
La
visión de Seselj, es que el conflicto de
Kosovo sólo se resolvería el día en que los albaneses desaparezcan del
territorio.
Este
acceso al poder de los radicales, es lo
que contribuye radicalizar las políticas
del gobierno serbio, por lo que en 1998 el conflicto pasa a un nivel distinto.
En
1999, Milosevic consideró peligroso al ELK , e inició una guerra civil contra
Kosovo. La estrategia de este grupo se mantuvo constante desde el principio:
provocar a las fuerzas serbias de manera que la respuesta, cada vez más
desproporcionada, produjera rechazo y, con ello, mayor apoyo a la causa albana.
Sólo en el
primer año las estimaciones al uso
hablan de una guerra que ha generó unos 2.000 muertos y del orden de 300.000
refugiados, aproximadamente un 15% de la población de Kosovo.
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