Cómo combatir al Estado Islámico (I): Cuál era el verdadero objetivo del atentado de Bruselas y qué quiere de occidente.

El Estado Islámico (IS, ISIL) al que referiré a partir de ahora como Daesh, se ha convertido en poco tiempo en la mayor amenaza en la mente del mundo occidental. En esta serie de entregas que hoy comienzo me centraré en como, en mi opinión hay que combatir el Daesh. En el primer capítulo me centraré en el brutal atentado de Bruselas. ¿Era el aeropuerto y el metro su objetivo real? ¿qué quiere el Daesh de occidente?  

Todo parece, según las últimas noticias, que la detención de Salah Abdeslam uno de los autores de los atentados de París, pudo haber precipitado la realización de los atentados de Bruselas. La policía belga ha encontrado tras la detención multitud de armas, explosivos y material para fabricarlos. Todo esto indica que el Daesh estaba empleando su santuario Belga para prepara otro atentado. La detección empujó a los miembros de la célula terrorista a cometer un atentado precipitado. ¿Por qué?
Hay dos motivos claros para precipitarse. Por un lado la publicidad de demostrar que se puede reaccionar y son capaces de vengarse. Otro más práctico, es que si la policía estaba tras la pista de la célula y había detenido a varios de sus miembros podían, en breve, detenerlos.

El Daesh está pasando por horas bajas tras la campaña que se está desarrollando contra ellos en Siria e Iraq y necesita demostrar su fuerza. Lo más fácil para ellos, en este momento de precipitación, ha sido atentar en las inmediaciones de donde estaba el grupo de terroristas, el lugar que conocen, Bruselas, puesto que desplazarse fuera del país en un momento de máxima alerta los pondría en peligro. Pero ¿contra qué atentar? Si hubiesen ido a un pueblo cercano podía haber llegado a causar una matanza muy grande antes de que la policía llegase. Pero eso no es lo que buscan los terroristas, su fin último es la publicidad y el miedo. Si vemos un atentado en un lejano país nos afecta menos que si lo vemos en el nuestro o en un país vecino. Si lo que vemos ocurre en un lugar donde hemos estado, nos impacta más puesto que pensamos “ahí he estado yo, a mí me podía haber pasado” y si es un lugar donde habitualmente pasamos el terror se apodera de nosotros. Por eso los nudos de comunicación como estaciones de metro muy concurridas, estaciones de tren o aeropuertos de las principales ciudades son los objetivos preferentes. Por eso eligieron esos lugares como objetivo de urgencia. Cercanía, facilidad de acceso e impacto psicológico.

Foto: Thierry Ehrmann vía Flickr. St-Romain-au-Mont-D'or. Francia

Pero si este no era su objetivo principal ¿cuál lo era? Para mi está claro. Tal y como ocurrió con los atentados de París creo que su objetivo era algunos de los partidos de fútbol preparatorios para la Eurocopa 2016 que se iban a celebrar en toda Europa en los días siguientes. Fue su objetivo primario en París, pero fallaron. ¿cuantos muertos hubiese habido en el Estadio de Francia repleto de gente de haber logrado entrar? ¿qué hubiese pasado de haber podido acercarse al palco donde Hollande Y Merkel estaban sentados?. Su objetivo último a corto plazo creo que es hundir o cancelar la Eurocopa de 2016. Eso sería un éxito mediático sin precedentes para el Daesh.

Pero ¿qué quiere el Daesh de occidente? ¿para qué estos ataques? Obviamente, pese a lo que algunos dicen, no es en venganza por los ataques que recibe de occidente. Si te quieres librar de los ataque de occidente, lo que debes hacer es “callarte y no molestar”. La propia opinión pública occidental se encargará de oponerse y el dinero que cuesta la operación militar hará el resto. Un ejemplo de esto es Boko Haram. Probablemente el grupo terrorista más sanguinario del mundo incluso más que el Daesh, pero que prefiere evitar confrontaciones con occidente puesto que sabe que los países occidentales no gastarán su dinero en ellos, ya que en el fondo la suerte de los demás países les importa poco.

Si no es un método de defensa está claro que es por publicidad. Pero ¿publicidad para qué? ¿para recaudar fondos?. El dinero que consigue de occidente es una miseria con respecto a los ingresos por gas, petroleo, impuestos venta de arte o venta de esclavos. Además parece más o menos probado que el dinero recaudado en Europa se queda allí para operaciones del Daesh en el continente. Podemos pensar, por tanto, que el fin de esa publicidad es el de reclutar jóvenes europeos. Pero ¿esto es así? ¿qué tipo de personas?. La mayor parte de los yihadistas europeos son jóvenes inadaptados que se han radicalizado por internet o al acercarse a grupos salafistas. Pero no dejan de ser jóvenes “perdidos” que buscan un grupo que los acoja. La mayor parte de ellos al llegar allí quieren irse al descubrir que no pueden colgar su foto en Facebook con un AK porque no hay Internet. Estos jóvenes apocados, que no tienen ninguna formación militar más allá de la PlayStation , son del todo inútiles para el estado islámico, más allá de usarlos como sirvientes o enviarlos al frente como carne de cañón para evitar exponer a sus mejores tropas. Aquellos que han viajado o son más desenvueltos pueden ser usados como “mulas” o como mensajeros, ya que gracias a su pasaporte europeo pueden viajar con más libertad. Y sólo en aquellos casos de los más fanáticos y preparados pueden ser enviados de vuelta a Europa para montar células y perpetrar atentados.

Pero de nuevo ¿atentar para conseguir publicidad? ¿para qué? Creo firmemente que lo que más quieren es lo más valioso de occidente, aquello que no se puede comprar con dinero. Personas formadas. Como el alemán que hace los vídeos propagandísticos del Daesh, ingenieros para poner en marcha las fábricas de armas capturadas en Siria e Iraq, médicos que curen,economistas que muevan y gestionen su dinero, personal formado en telecomunicaciones, químicos que fabriquen bombas convencionales o no. Personas que muchas veces no es fácil conseguir en oriente medio y que en Europa “sobran”. Por eso creo que para combatir el Daesh, Europa debe poner el foco sobre estas personas formadas que se radicalizan, detenerlas o “eliminarlas” puesto que son irreemplazables para ellos.